Equipo remoto, encuentro local: Encuentro de OnTheGoSystems en Ciudad del Cabo

junio 3, 2024

En un mundo en el que el trabajo a distancia es nuestro día a día, hay algo extraordinario en reunirse cara a cara. Este año, nuestro equipo de Ciudad del Cabo decidió reducir la brecha virtual y salir de detrás de nuestras pantallas para compartir risas, historias y el encanto de la ciudad, todos juntos.

El viaje de Solo a Siete

Hace aproximadamente un año, yo, Dean Jones, era el único sudafricano en la empresa. Aunque siempre me sentí como en casa junto a mi cosmopolita grupo de colegas, siempre me preguntaba cuándo algunos compatriotas sudafricanos se unirían al proverbial club.

Si avanzamos hasta hoy, tenemos siete (seis de los cuales, incluyéndome a mí, viven en Ciudad del Cabo).

El camino hacia nuestra primera reunión

Como muchos de los sudafricanos más recientes se incorporaron a la empresa al mismo tiempo, nunca llegamos a reunirnos como es debido, ya que teníamos que permitir que todos se adaptaran a sus funciones.

Lauren Chowles y yo nos conocimos en persona (ya que estamos en el mismo equipo) y teníamos planes de hacerlo regularmente. Pero, la naturaleza remota de nuestro trabajo tuvo prioridad y decidimos no hacer ningún calendario “oficial” para reunirnos.

Dado que éste era el caso y que los demás sudafricanos parecían estar bien instalados, pensé que noviembre sería un buen momento para que los que tenemos nuestra base en Ciudad del Cabo nos reuniéramos antes de que finalizara el año y comenzaran las fiestas de diciembre.

Una mañana en el mercado

Ya teníamos nuestro propio “grupo de Ciudad del Cabo” privado en Mattermost (nuestra aplicación interna de mensajería instantánea), que suscitó algunas discusiones agradables, así que tenía sentido que continuáramos cara a cara.

Con un poco de coordinación básica (a través de dicho grupo), decidimos una hora y un lugar: El mercado agrícola de la ciudad de Oranjezicht, a las 9.30 h del 18 de noviembre.

¿Por qué tan temprano?, te preguntarás. Pues bien, este mercado es un lugar muy popular para desayunar y comer en la ciudad, y como dice el refrán: a quien madruga Dios le ayuda.

Es la temporada de las cerezas en Ciudad del Cabo, ¡y el mercado ofrece algunas de las mejores! Foto de la página de Facebook de OZCFM

Café, conversación y comunidad

Todos llegamos (más o menos) a tiempo e hicimos una carrera colectiva obligatoria para tomar café.

Con la cafeína en nuestro organismo, estábamos mejor preparados para elegir nuestra comida entre la enorme variedad de opciones que ofrece el mercado. Lo hicimos justo a tiempo para encontrar una mesa lo suficientemente grande para todos nosotros (incluidas las parejas y los niños).

De izquierda a derecha: Asif, Dean, Lauren y Eloise (con el recién nacido)

Fue estupendo estar juntos y creo que enseguida nos sentimos como una pequeña familia. Nuestra conexión a través de la empresa y de nuestro país nos hizo sentir como si ya nos conociéramos desde hace años.

No todos trabajamos en los mismos equipos, por lo que nuestro nivel de interacción en la empresa variaba de una persona a otra. Pero, puestos en la misma mesa, podrías habernos confundido fácilmente con un equipo que lleva años trabajando junto. Encontramos puntos en común sobre muchos temas diferentes fuera del ámbito del trabajo, ¡lo cual fue muy agradable! Desde la familia y los viajes hasta las aficiones y los intereses personales, lo cubrimos todo.

Esto demuestra la importancia de reunirse de vez en cuando en persona. Todos disfrutamos de las muchas ventajas de nuestro trabajo a distancia, pero a veces esto hace que sea fácil olvidar el valor de la conexión humana “real”. Este encuentro nos lo ha recordado.

Ha sido estupendo conoceros por fin en persona, junto con las familias, y llegar a conoceros a todos un poco mejor. También era mi primera vez en el Mercado de Oranjezicht. Había muy buen rollo y no me podía creer que ya hubiera pasado la hora de comer cuando nos fuimos.

Lauren Chowles

Las cerezas de nuestro encuentro

El tiempo pasó volando y, antes de que nos diéramos cuenta, ¡habíamos estado allí unas tres horas! Cuando nos despedimos, cada uno emprendió su último viaje por el mercado para escoger (literalmente) algunos artículos para sus casas, frigoríficos y despensas.

Espero con impaciencia el próximo encuentro, ¡y estoy seguro de que no esperaremos un año entero para volver a hacerlo!

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